7 consejos de los expertos para empacar su mochila para una excursión
Prepare (y use) su mochila como un profesional.
No importa cuál sea su razón—los beneficios cardiovasculares, el paisaje, el tiempo de calidad con su familia, el—excursionismo puede ser una actividad muy placentera que le cuesta poco y es buena para su salud—física y mental.
Quizá solo necesite una botella de agua para una excursión corta en un día cálido, pero si sale por más tiempo deberá empacar ropa apropiada para el pronóstico del clima, agua y alimentos suficientes, y suministros básicos, como protector solar, repelente de mosquitos y un mapa de senderos. Pero, ¿cómo llevará todo esto? Siga estos consejos para empacar una mochila organizada y cómoda, sin importar la distancia de su excursión.
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Consiga la mochila correcta Elija una mochila con la capacidad apropiada. La mayoría de los excursionistas que salen entre finales de primavera y principios de otoño pueden guardar todo lo que necesitan en una mochila de 18 litros y 24 litros de capacidad. Si está cargando artículos de otra persona, como camperas y refrigerios para dos niños, utilice una mochila de 24 litros.
Muchos excursionistas prefieren una mochila que tenga al menos uno o dos bolsillos delanteros o superiores separados, para guardar en ellos artículos pequeños como llaves del auto, lentes de sol y una cámara pequeña, y bolsillos de malla laterales para artículos como una botella de agua, repelente de insectos o protector solar. Algunas mochilas incluso tienen bolsillos con cierre en el cinturón para guardar refrigerios.
Consejo: Consiga una mochila con bolsillos laterales a los que pueda acceder fácilmente sin tener que quitarse la mochila. -
Lleve lo correcto - Ropa adicional: Consulte el pronóstico del tiempo, teniendo en cuenta que la temperatura del aire baja unos 2 °C por cada 300 metros de elevación; hace más frío y está más ventoso al subir por las laderas. Vístase con capas para que pueda ponerlas y quitarlas, y lleve una campera impermeable para la lluvia o el viento.
- Agua: Una buena regla general es llevar un litro de agua por persona para una excursión de medio día, dos litros para varias horas y un litro adicional en un día caluroso. Use una bolsa de agua para tener acceso constante al agua.
- Alimentos: No subestime su apetito (o el de un niño pequeño) en una excursión de medio día o de mayor duración. Lleve refrigerios que proporcionen carbohidratos y grasas que den energía, más refrigerios salados para reponer el sodio (chocolate, barras energéticas, nueces y galletas saladas, queso) y comida para almorzar (sándwich, fruta duradera como una manzana) si es necesario. Recuerde llevar una botella de agua adicional para que pueda lavarse las manos con jabón antes de comer.
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Afloje las correas al empacar Las correas de compresión que rodean los costados de muchas mochilas tienen un propósito: Evitar que el contenido se desplace mientras camina, lo que podría hacerle perder el equilibrio. Le ayudan a distribuir el peso para que la mochila sea más cómoda—de cargar. Sin embargo, antes de cargar la mochila, afloje todas las correas de compresión para maximizar el volumen.
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Empaque con inteligencia Su centro de equilibrio y el núcleo de su fuerza corporal están en la parte media de la espalda, así que querrá ubicar allí la mayor parte del peso de la mochila. Si ese peso está a varios—centímetros de la columna vertebral o en una posición demasiado alta o demasiado baja en la mochila, podría sentir que la mochila tira de usted hacia abajo. Al cargar la mochila, coloque los artículos más pesados (agua, alimentos, tal vez una guía) en la parte interna más cercana a la columna vertebral y cerca de la parte media de la espalda.
Consejo: Si siente que las correas de la mochila se clavan en los hombros, intente apretarlas o aflojarlas; si esto no funciona, el problema podría ser que el peso de la mochila no está bien distribuido. -
Organice y priorice Guarde en los bolsillos exteriores los artículos que necesita tener a mano, como—mapas, protector solar, repelente de mosquitos o—lentes de sol. Organice la ropa adicional en el interior de manera que quede encima lo que es muy probable que necesite, como una campera en un día ventoso. El almuerzo no tiene que estar—arriba, pues no lo necesitará hasta más tarde. Use ropa para envolver el contenido frágil, como sándwiches o galletas.
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Ajuste las correas para el uso Una vez que haya guardado todo en la mochila, ajuste las correas de compresión firmemente (no es necesario apretarlas demasiado). Esto estabiliza la mochila, al evitar que el contenido se desplace y le haga perder el equilibrio en un tramo difícil.
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Ajuste la mochila a su cuerpo La mayoría de las mochilas tienen de dos a cuatro correas para ajustar la mochila al cuerpo de manera cómoda. Lo más probable es que solo tenga que hacerlo una vez, aunque los microajustes durante la excursión pueden aliviar las molestias.
- Coloque el cinturón de la mochila para que quede apoyado en la cadera y luego apriete el cinturón a una posición cómoda.
- Enganche la hebilla de la correa del pecho y apriétela de manera que las correas de los hombros no se deslicen de los hombros ni se claven en la clavícula.
- Alcance debajo de los brazos y tire de las correas de los hombros para apretarlas a un nivel cómodo (sin apretarlas demasiado).
- Si la mochila tiene correas elevadoras de carga (encima de los hombros), apriételas para acercar la parte superior de la mochila a la espalda y evitar que se mueva de un lado a otro.
- Si la mochila tiene correas estabilizadoras (donde el cinturón se une a la mochila), apriételas para ajustar la parte inferior de la mochila firmemente contra la cadera.
Consejo: Si es necesario, especialmente con una mochila más pesada, afloje un poco las correas de los hombros al ascender por una pendiente pronunciada y apriételas al descender.